Vivir con vitíligo
Vivir con vitíligo es una lucha diaria para muchos de nosotros.
Vivir con una enfermedad no siempre es fácil, aunque la mayoría de las veces el vitíligo no provoca una patología grave, a nivel social y psicológico resulta más complicado de lo que parece.
Evite encerrarse en sí mismo
Cuando luchas contra el vitíligo, tiendes a encerrarte en ti mismo, sin querer salir, por miedo a que te miren fijamente o a que te juzguen. Estos días son difíciles de sobrellevar; solo quieres aislarte.
Una buena manera de sentirse menos solo al llevar la enfermedad es unirse a grupos de apoyo, ya sea en reuniones o en redes sociales, por ejemplo. Hablar, intercambiar y compartir tu historia y la de los demás será más enriquecedor que quedarte en un rincón deprimido. La enfermedad está ahí; tienes que intentar aceptarla para seguir adelante. Aunque las lociones Zebratan u otros maquillajes para el vitíligo puedan aliviar el dolor, la autoaceptación sigue siendo un paso importante para recuperar la felicidad perdida.
No use ropa ajustada
Si su dermatólogo ya le ha hablado sobre el fenómeno de Koebner, sabrá que cualquier fricción o lesión repetida puede empeorar el vitíligo. Por lo tanto, se recomienda evitar la ropa ajustada para limitar la fricción diaria.
Lo mejor es optar por ropa cómoda siempre que sea posible.
Los pasos correctos a seguir al lavar
Al lavarse, se recomienda evitar accesorios como guantes de crin o productos similares. En cuanto a los productos cosméticos, es mejor elegir los orgánicos, especialmente los que sean suaves con la piel. Por ejemplo, un exfoliante no debe ser demasiado agresivo.
Se recomiendan los cosméticos a base de arcilla y aloe vera para cuidar la piel y tratar de limitar la progresión del vitíligo.
Por último, al salir de la ducha, y al lavarse las manos si se tocan, conviene secarlas lentamente, idealmente con golpecitos para no agredir la piel despigmentada y las células melánicas vecinas.
Practicar actividad deportiva con regularidad
¡Ya lo sabemos! Hacer ejercicio es bueno para la moral, para liberar toxinas y redescubrir la alegría de vivir. El ejercicio nos ayuda a afrontar los problemas cotidianos liberando serotonina.
¡Mudarse seguirá siendo un buen aliado y practicar tus pasiones trae placer!
El deporte también es bueno para tu figura, así que ¡ponte tus zapatillas!
Adopte una dieta saludable
Comer sano forma parte de una buena rutina para limitar la progresión del vitíligo. Es importante llevar una dieta rica y variada a diario.
Hasta la fecha, ninguna dieta puede curar el vitíligo, pero es posible ralentizar su progresión.
La ingesta de vitaminas también es importante; muchas se encuentran en los alimentos. Consulte el artículo sobre vitíligo y vitaminas.
Rodéate de amigos, animales y amor.
¿Sabías que acariciar a un animal es una fuente natural de dopamina, la hormona de la felicidad?
Los animales nos aman incondicionalmente, sin juicios, sin reciprocidad, sin expectativas. Personalmente, durante los momentos difíciles que desencadenaron mi vitíligo, los únicos momentos en que lo olvidé todo fueron acurrucándome con mis perros.
¡Estar rodeado de amigos, familia, pareja y todas las personas que quieren lo mejor para nosotros también es una buena manera de ser más fuertes frente a la enfermedad!
Disfruta del sol con moderación
Para estabilizar o incluso repigmentar ciertas zonas del cuerpo, los médicos recomiendan una exposición solar moderada. Con un buen protector solar, un sombrero o una gorra, podrá disfrutar del verano tomando el sol o, idealmente, bajo una sombrilla. No dude en consultar con su especialista antes de obtener una opinión médica sobre la exposición solar para el vitíligo.
Este texto fue escrito con fines informativos, el especialista que puede hacer un verdadero diagnóstico de la piel es el dermatólogo.